¿Y quien diría que yo iría tras un beso? Nunca había sentido esa enorme necesidad de ser besada, de tener unos labios juntos a los mios, sentir una lengua deslizándose dentro de mi boca. Quería que me llevaran hacia una pared, que agarraran mis piernas y se la enrollarán en sus caderas, que pasaran las manos por la parte interna de mis muslos y me hicieran gemir y decir palabras entrecortadas.
Deseaba que tomaran el control y que sus dedos se enredara con mi pelo, que hiciera presión con su cuerpo y me fundiera mas hacia la pared. Gemía internamente porque chuparan mi labio inferior y dijera que le encantaba el sabor.
No deseaba mucho, solo quería que me besaran y me hicieran apretar mis muslos ante las sensaciones.
Añoraba tanto un beso que salí en su búsqueda y tuve al punto de lograrlo pero... Habían personas... Y aunque estaba casi gritándole porque me besara tenia miedo de que me rechazara, temia haber perdido la destreza y que en vez de disfrutar el beso todo terminara en un "lo siento".
A lo mejor si hubiese conseguido mi beso casi perfecto no estuviera lamentandome que fui en su buqueda bajo la lluvia, que justo ahora tengo el pelo vuelto un nido de pájaro, que me puse una ropa provocativa y que ni así lo logré. Los nervios no ayudaron y aunque Dios! Pude haberlo besado no lo hice y justo ahora estoy tan arrepentida y estoy siendo totalmente patética porque quería un beso, no, no quería un beso, quería que mis labios se hincharán de tanto besarlo pero no lo tuve y mi noche se quedó solo con las expectativas y salí de su casa así mismo como entré...
...Con ganas de ser besada.
