hola

hola
"Todas las pasiones son buenas cuando uno es dueño de ellas, y todas son malas cuando nos esclavizan."

jueves, 18 de octubre de 2018

Alzo la copa y brindo hacia el cielo


24 años. Me parece mentira que aquí me encuentre, con esos dos números sobre mis hombros. Antes de llegar hasta aquí atravesé tanto.
Quisiera contarles esos años que para mi fueron muy significativo y me convirtieron en lo que hoy soy.

A los 15 años pensé que había descubierto mi primer amor. Era de estos amores que te la pasabas escribiendo su nombre y el tuyo en cada página vacía de un cuaderno, ese que te ponía a dedicar canciones melosas, que te ponía a llorar por cosas sin sentidos, y que te hacía creer que si no era con esa persona no sería con nadie. Esa persona me enseñó a ser una masoquista y a destruir mi autoestima en segundos.
A mis 15 también perdí a mi mejor amiga, por lo descrito arriba. Mi mejor amiga entendía absolutamente todo de mi, me quería por como era, no me juzgaba, me abrazada y me hacía sentir que no estaba sola. Perderla a ella me devastó. A partir de ahí sentí la soledad invadirme y los cortes en mi piel se hicieron presente.

A los 17, luego de haber sufrido pérdidas de personas que amaba me sumí en la depresión. Me vi sin casa, sin amigos, hasta sin familia. A los 17 sentía que la vida no valía la pena.

A los 18 encontré mi primer trabajo, estaba feliz. Por fin podría hacer lo que quería. Comprar esas cosas que tanto me gustaba, salir y conocer a más personas. A esa misma edad entré a la universidad y estaba segura que después de tanto había encontrado mi lugar. Sabía que no iba a recibir el bullying que recibía en la escuela, que no iba a pasar más de 4 meses con las mismas personas y por ende no me iba a encariñar para luego quedarme sola, incluso podría pasar de manera desapercibida y todo estaría bien. 
A los 18 conocí a mi novio de futuro. Ese con quien maduré a través de los años, con el que cometí más errores que respirar, quien se enamoró por como era, con quien no tuve que fingir y pasé un tiempo maravilloso. 
Los 18 fueron bien... Trabajo, universidad, amistades, novio y una familia que intentaba entenderme. No podía pedir más.

A los 19 no quería pensar que las cosas podría ponerse feas pero si, se pusieron muy feas. Perdí mi trabajo, lo perdí de la peor manera. Me acusaron de hacer algo que no había hecho. Me humillaron delante de las personas, me dijeron cosas horribles. Mi mundo que me costó crearlo se me desmoronó un 4 de Septiembre del 2014 a las 11:25AM. Caí en un abismo, todo se veía oscuro, no veía la salida, no escuchaba voces. Estaba sola y estaba oscuro. Estaba perdida...
No se cuánto tiempo duré en esa situación, me consumí yo misma. Pensé que luego de eso no me podría recuperar y era mucho más difícil si la persona que pasa semejante situación es una persona que tiende a caer en depresión. Se que duré meses así. Volví a convertirme en la insegura que era a los 15. Perdí a mi novio, perdí amistades, tuve que irme de la universidad, con mi familia las cosas se estaban poniendo tensas... Todo para mi estaba jodido.

A los 20-21 la muralla que había dejado caer la volví a levantar. No quería que después de tantos meses luchando internamente volvieran hacerme daño. Me convertí en una persona tosca, egocéntrica, egoísta y cruel. Pude conseguir un empleo nuevo y por ende volver a la universidad. Las personas no lo saben pero todo para mi era muy difícil. Yo no tenía término medio. O me afectaba mucho o no me afectaba en lo más mínimo y yo particularmente tenía algo... Cualquier cosa me afectaba, podría ser algo muy pequeño pero me afectaba y yo no demostraba nada. Llegué a un punto que las cosas no la dejaba salir, todo se quedaba dentro y no permitía que nadie viera. A mis 20-21 había descubierto que podía ser más fuerte de lo que pensaba, ya no lloraba como antes, no buscaba ayuda en nadie. Me centré en mi y en esa muralla que había construido nuevamente. No permití que las cosas que me consumían lentamente se notara y el fingir se me daba de maravilla. Me había convertido en una persona de mierda de nuevo.

A los 22 las cosas no habían mejorado para mi en todos los sentidos y tenía cosas que había resuelto y otras que definitivamente no. El caso con mi familia se tornó peor pero conocí a una persona a la cual le pude enseñar cada unas de mis cicatrices y le enseñé cuales aún me seguían doliendo. Esa persona curó algunas y me acunó como si me conocía desde siempre.
A los 22 tuve que salir de casa. Me adentré al mundo independiente. No ganaba un buen sueldo y los planes que tenia con dos personas más, hubo una que lo abandonó. Me permití verme frágil y lloré como pensé que no volvería a llorar. La impotencia se sumió en mi cuerpo y pensaba que no lo lograría. Como había mencionado las cosas o me afectan mucho o no me afectan para nada y el abandono que sentí fue más de lo que pensé que pude soportar. No estaba sola, conocí unos ángeles que estuvieron de mi lado y hasta el sol de hoy siguen ahí, cuidando cada paso que doy. Creo que esa experiencia me hizo derrumbar mi muralla y demostrar que definitivamente las cosas me duelen y ya busco ayuda.

A los 23 la relación con mis padres había mejorado muchísimo. Principalmente con mi madre, nos comunicamos más, con mi papi si necesito ayuda siempre está ahí. A los 23 maduré y estaba mejor. Estaba sanando. A los 23 cumplí ese sueño que pensaba que no se cumpliría. Me gradué de la universidad. Recuerdo que le pedía a Dios como quería que fuera y así me lo concedió. A los 23 me convertí en una Licenciada.

Hoy tengo 24 y puedo decir que he crecido en todos los ámbitos. Se que me falta mucho camino por recorrer, que pasaré situaciones que me sacarán más de una lágrima, que seguiré perdiendo personas y ganando muchísimas más. Seguiré madurando y entendiendo que las cosas jamás suceden porque si, que una acción trae una reacción, que errar es de humano, que el fracaso sirve para impulsar y que no siempre podré obtener lo que quiero en el momento que quiero y eso definitivamente es crecer.
Hoy tengo 24 y estoy en paz.... gané amigos que se convirtieron en ángeles guardianes, perdí otros que aunque en su momento pensé que eran los correctos demostraron por si solos que eran el camino y no el destino.
Hoy tengo 24 y estoy en salud, tengo un trabajo, sobreviví a la independencia y aunque ahora las cosas siguen siendo un poco monótonas las metas que tengo podré alcanzarlas en su momento preciso.
Hoy tengo 24 y alzo mi copa al cielo en señal de que Dios siempre me ha mantenido de su lado y que las adversidades que he atravesado es para convertirme en la joven que hoy soy.



Salud, porque yo sé que fuiste TÚ.

1 comentario: